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Salud Mental de la Mujer

En la historia de la salud mental, los problemas de las mujeres han sido muchas veces reducidos a un enigma, a un continente negro, a un misterio, al que no se puede acceder, como si de algo místico se tratara. Se han rotulado a su vez, con cuadros diagnósticos tan reduccionistas, como la histeria clásica, que no aporta ningún alivio a las mujeres de hoy. 

 

Y aun, se sigue pensando así la salud mental de la mujer hoy día, minimizando su malestar, reduciéndolo a una queja, pero que ni siquiera es validada. Incluso muchos profesionales fallan, cuando es una cuestión de atender, reconocer y legitimiza e investigar  lo que continuamente las mujeres presentan como sus malestares. 

Por otro lado encontramos que las mujeres tienen problemáticas llamativamente propias, incluso sus depresiones tienen apellido: la depresión posparto, la depresión por nido vacío, la depresión de la mediana edad. Están estadísticamente también más afectadas por enfermedades de dolor crónico como el lupus, la fibromialgia o la fatiga crónica y también en proporción, son las que sufren más de trastornos alimentarios.  Afecciones que tienen que ver la mayoría, con un desequilibrio global de identidad y con una somatización por la insatisfacción con su rol y sus mandatos de género, o, por su exposición a eventos traumáticos de agresión y vejación sexual. (Dio Bleichmar,1991)

 

Esta comprobado la falta de investigación científica en estas problemáticas y sobre todo la falta de  psicoeducación para su reconocimiento y posterior búsqueda de ayuda o transformación. Sólo basta observar el desconocimiento que las mujeres tienen de sus propios ciclos hormonales.

 

Faltan  también profesionales, psicólogas y psicólogos, médicos y especialistas con mirada de género y perspectiva feminista, ya que de siempre ha habido una hegemonía científica patriarcal.

La OMS ha definido a la Salud Mental no solo como ausencia de patologías, sino también como un estado de bienestar. La psicoterapia que ofrezco parte de esta doble definición, un tratamiento alternativo o paralelo a la respuesta médica y una búsqueda de bienestar que sea más o menos permanente.

 

Siempre desde la base de que hay que despatologizar la insatisfacción femenina y validar la queja. Dejar de centrarse en la enfermedad mental y enfocarse en la salud mental. 

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